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Determinante «el» frente a sustantivos femeninos

Queridos ChicoRAErs:

Por si nos habíamos quedado cortos de heteropatriarcado en la entrada anterior, aquí tenéis otra taza. ¿Dejará el género masculino de imponerse al femenino hasta en las horriblemente castigadas aguas, hadas, águilas y aulas? ¿O es que no habéis caído en que todas esas palabras son femeninas, algunas incluso muy femeninas, pero por el contrario todas ellas llevan los determinantes «el», «un», «algún» y «ningún»? ¿Es esto una injusticia histórica más, también deberíamos echarle la culpa al latín? En parte sí, pero vamos poco a poco.

Como sabéis, y si no lo sabéis os lo contamos nosotros y vosotros fingís que lo sabéis, los sustantivos femeninos que comienzan por «a» o «ha» tónica, es decir, en sílaba acentuada (que no necesariamente tildada), llevan antepuesta la forma «el» en lugar de «la» por cuestiones básicas de cacofonía, que lejos de ser nada escatológico se refiere a palabras que, juntas, suenan muy mal al oído («la aula»). Este artículo «el», en contra de lo que pueda parecer y para alivio del feminismo, no es el típico machito que viene a salvar a la damisela en apuros, sino que procede de una variación del demostrativo femenino latino «illa», que evolucionó en «ela» al pasar al castellano y, desde aquí, pasó a ser «(e)la» para la mayor parte de los sustantivos, excepto para los sustantivo que aquí nos han traído, en cuyo caso la evolución fue la contraria, «el(a)». Por tanto, y solo en este caso, «el» es un artículo femenino. Y todo ello siglos antes de la Ley de Identidad de Género. Asombroso, ¿verdad?

En cualquier caso, nuestro propósito no era enseñaros esto, sino recordar que el uso de determinantes (en apariencia) masculinos frente a sustantivos femeninos está restringido única y exclusivamente a los casos de «el», «un», «algún» y «ningún», y no sería válido con ningún otro determinante. Así, podrías decir «un arca» y «algún hacha» pero en ningún caso sería válido «mucho hambre», «ese águila» o «aquel aula». Nunca. No. Así que, por favor, nunca digas de este agua no beberé. No solamente porque así lo recomienda el dicho, sino porque lo estarías diciendo mal: sería «esta agua».

Tampoco sería correcto utilizar «el» si entre el determinante y el sustantivo hay algún otro elemento como un adjetivo u otro determinante, porque aquí no hay cacofonía que valga. Así, deberíamos evitar «el otro hada», ya que lo correcto sería «la otra hada». Tened muy presente que no queremos travestir a nuestras pequeñas amigas mágicas, Dios nos guarde de tener tan oscuras intenciones. ¿O es que alguien se atrevería a decir «el hada madrino» o, peor, «padrino»?

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